miércoles, 31 de diciembre de 2008

50 minutos.

17:45

La casa está algo más tranquila después del ajetreo matutino. Con tanta cosa es fácil distraerse, eso es lo bueno al menos, el tiempo pasa sin que se note mucho.

Mi mamá mira tranquila la televisión, con su cabello tomado y forzado para acostumbrar su forma y lucir bien esta noche. Estoy seguro que ese comentario la molestaría si alguna vez se entera de lo que he escrito; pero no importa tanto, también estaba molesta esta mañana por el aseo compulsivo de la casa al que arrastra a todos en él.

Mi hermano por otro lado, duerme en el sillón a un lado de la televisión. Esta cansado porque se levanta todos los días a las 5:40 am (lo se porque yo me duermo tarde y una vez no alcancé a dormirme cuando él ya se estaba levantando). Se va a trabajar y vuelve cerca de las siete a la casa. Hoy sólo trabajó hasta las tres.

Mi abuela duerme la siesta, lo hace todos los días para soportar mejor el calor supongo. Después de almuerzo pulula levemente por la casa antes de irse a dormir, momento en el cual se retira a su habitación, desde donde sale unas cuantas veces al baño, al patio a respirar aire fresco o por alguna tarea pendiente que haya quedado por hacer y luego a tomar once. Su voz, con los años cada vez se va oyendo menos, y no porque este enferma sino porque la invasión a su casa que implicó nuestra llegada la hizo callar.

Una mesa redonda y no muy grande, de madera oscura y tallada en sus patas sostiene unos cuadros de familiares felices al lado de la puerta de entrada. El lugar esta oscuro y casi parece que fuera de noche si no fuera por el calor. En la pared cuelga un calendario en el marco superior de una ventana, la hoja del mes de diciembre ondula suavemente por el viento proveniente del ventilador de pie ubicado a unos metros.

En el baño hay una revista, en la página 46 sale publicado el horóscopo que dice para Géminis que hay muchos gemelos que se sienten como animales salvajes que han sido domados y obligados a hacer piruetas y que ahora quieren morder la mano que les da de comer. Los más evolucionados sentirían que han renacido y que sólo quieren salir de su cueva.

18:15

Esta noche hay fiesta. Mi mamá dijo con mucha anticipación que entrará a las nueve al baño para arreglarse, el resto tiene que estar vestido y arreglado a las diez y que nos organizáramos. A las nueve ella entraría en gloria y majestad al baño y la prole ha de abrirle paso. Ya se, suena sarcástico y no es mi estilo, pero así me imagino la situación.

Al igual que la noche de Navidad, siento que tendré que vestirme bien, pretender felicidad y alegría un rato. Intentar quitar de mi cabeza tantas ideas hermosas, que me ubican lejos de aquí; sólo por un rato.

Me pregunto cuando será el día que el sol enceguezca mi corazón, ¿será el verano lo suficientemente largo?

¿qué hora es?

18:35

lunes, 29 de diciembre de 2008

Ventana


Los pasos inciertos por la curiosidad iban
acompañados de la noche y su velo protector
sin ser visto, fue la visita
a la ventana y los que por ella miran.

Nubes de aves nos mostró,
también peces desconocidos,
y una tela y su araña llamada Estela
en ella un recuerdo se postró,
mientras otros estaban dormidos
luego, el verano y su lenta espera.

mas nada se veía en la ventana
una tenue luz delataba una presencia
quizá vuelva otro día, quizá mañana
por el puente doloroso y con más paciencia.

Aves, peces y Estela, guardas del verano
algún día y que no sea en vano
por el velo de la noche, será la visita sin ser vista.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Sin tiempo.

La última tarde viene de prisa.
la vista de un anitguo suelo familiar se pierde
de él solo quedará un recuerdo e historias del mar.

Aun con tiempo, mi corazón insistente arde
el sol quema el agua, y el día se vuelve anaranjado
el tiempo del olvido llegará con una noche sin estrellas
y las ataduras me soltarán de donde he estado.

Se acerca la hora, no tengo temor.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Sueño.

Afuera en la noche oscura
huyo a buscar un respiro
La llama dentro de mí quema dolorosa


Miro al cielo buscando más de tí
tu mano se une con la mía
nos retiramos en la noche hasta la tenue aurora
que nos hizo parte el uno del otro ahora.


Abro los ojos y la hierba bajo mis pies
miro al cielo y aclamo:
Las estrellas no son para mí
son para el que no las mira ni las ve.

La partida.

Entró en mi pieza y se sentó en mi cama. Abrazó al peluche que tengo ahí, como abrazándome a mí, abrazando como extrañando a lo que aun no se ha ido.

Hubo silencio, por largo rato. No había mucho que decir. Nos acompañábamos en cómplice silencio, que era nuestra comunicación perfecta en ese momento. Cuando llegó la hora me puse de pié, al momento en que ella también lo hizo. Sus lágrimas cayeron incontenibles, también un “te voy a echar de menos”, “has sido muy importante para mí”, “no me olvides nunca” fueron expresados ya sin consuelo alguno. Luego mis lágrimas cayeron con una tristeza de esas a las que uno no se opone, que te liberan luego de entregarte por completo a ellas.

Luego me pidió que saliera tal y como salía todos los días, que no vaya a ser esta la última vez que salga de “nuestra casa”. Pero ambos sabíamos que sí lo era. La había visto llorar muchas veces, pero esta vez era diferente. Su llanto de ahora era por algo que no podía evitar ni cambiar, que era necesario pero muy doloroso.

En la calle, sumido en la más profunda tristeza lloré camino a tomar el bus. Caminé por calles que no eran las que debía tomar, sólo caminaba.


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Ciertamente lamento recordarlo tanto, cuando quizá no se acuerde nunca de mí.

A veces me pregunto qué estará sintiendo en este preciso momento, donde estará, que cosas estará diciendo. Si estará sonriendo o pensando. Si hay alguna pena en su corazón, o quizá una alegría. Cómo la sentirá, será feliz o no. Alguna vez se habrá acordado de mí?.

Qué sentido tiene una lágrima si luego de caer las cosas siguen iguales. Las estrellas siguen ahí, indiferentes. Qué sentido tiene si no habrá consuelo…


¡El destino sí se equivoca! ¡Sólo que al final le hallamos sentido a lo que sea!

lunes, 15 de diciembre de 2008

Nacer por segunda vez.

Hola tía.

Un concepto muy importante en psicología, o incluso más que un concepto sería un enfoque de teorías, es el llamado constructivismo moderado. El constructivismo en sí (en psicología, porque también lo podemos encontrar en el arte y filosofía) se refiere a que todo lo que percibimos de nuestro entorno, la realidad que vemos, es un constructo que nosotros creamos en nuestras mentes y que la realidad objetiva y concreta es inaccequible para nuestro conocimiento. Por otro lado el constructivismo moderado se refiere a que hay una parte de nuestra realidad que sí es objetiva y otra que es un constructo de nuestra mente, es decir, parte de nuestra realidad es "Real" valga la redundancia, mientras que otra parte es el significado que nosotros le damos a lo que percibimos. Quizá esta sea la mejor postura, porque integra ambas partes del dilema. Por un lado lo que percibimos sí es en parte, real y por otro lado somos incapaces de dejar de darle significado a lo que percibimos.

Considerando esto, se podría decir que Alejandro Jodorowsky al decir que “La realidad que vemos es una apariencia, es lo que imaginamos que las cosas son, pero no las conocemos realmente” estaría siendo constructivista, esta diciendo que nuestra realidad es simplemente inaccequible para nosotros. Luego si hablamos del amor, siendo este un constructo abstracto ¿Es posible conocerlo finalmente? Yo creo que sí. Aunque no lo percibamos con nuestros 5 sentidos comunes que nos sirven para ver la realidad externa, no podemos negar que sí lo sentimos. Luego le damos un significado.

- bueno, eso era un paréntesis que me pareció interesante mencionar -

Creo que le diste en el clavo con la pregunta "¿Porqué hay quienes dicen amar y luego dan la vuelta cuando descubren que el objeto amado no es el que esperaban?" Creo que en esos casos, que lamentablemente se dan con mucha frecuencia, el amor es una etiqueta que puede ponerse y sacarse fácilmente. No puedo decir si lo han sentido o no, porque sería injusto y arriesgado de mi parte definir el amor para otra persona, pero sí estoy seguro de algo: le han dado un significado equivocado. Será por la sociedad, por la CULPA (gran concepto ese...), por la velocidad con que viven y no se detienen un momento a mirar con el corazón...

Hace unos días me encontre con un concepto (como si anduviera por la calle y me encontré con él) y lo llamé como "nacer por segunda vez". Lo llamé así por un gran profesor que tuve hace unos años, que dijo una vez y que nunca olvidé "Los hombres nacen dos veces, la primera es del vientre de su madre y la segunda es cuando cometen el primer gran error". Es muy difícil entenderlo, pero creo que es más fácil cuando uno ya ha nacido por segunda vez. Los que no han nacido por segunda vez hablarían del amor como la etiqueta que se pone y se saca de las personas, al cortar un pastel pensarían en quedarse con la parte más grande en lugar de pensar que todos pueden disfrutar de él, son suaves con los problemas y duros con las personas, cuando podría ser al revés.

Luego una persona que ha cometido "el primer gran error", que puede ser una crísis o una etapa importante en la vida, algo que te haya obligado a mirar hacia dentro, cuestionarse, a mirar con el corazón por primera vez; notarán un cambio importantísimo en sus vidas: Ya no hay nada que perder, estarán agradecidos de todo lo que tienen aunque parezca que no tengan nada... se llenarán de amor y felicidad por dentro que rebosarán y por eso pueden entregárselo al resto. Creo que ese es el amor que vale la pena.

sábado, 13 de diciembre de 2008

pasaje.

Que tontera sería decir que prefiero no pensar en eso para no ilusionarme, cuando en realidad sí lo estoy. Así vivo todos los días, ilusionado por cosas que muchas veces se que no pasarán, pero la esperanza en esa posibilidad tiene una chispa que me contagia. Una chispa que me deja tener una sonrisa en el rostro todo el día, aunque este triste. Se que algún día me llevaré una sorpresa con algo hermoso como en las películas. También pienso en todas las sorpresas o sucesos que no he sabido disfrutar y que de ellos podría tener una propia película con ya varios finales felices… y ahí esta la esperanza otra vez.

Hasta una carta esperando eternamente por su destino puede ser hermosa como tal; grabado en un teléfono público quedó el recuerdo de lo que una vez sentí.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Última tarde de noviembre

La tarde trajo el amarillo del verano,
el aroma de antiguos días ya casi olvidados.
los árboles se despedían silenciosamente del viento.
También trajo tu recuerdo.

La inmensidad del momento me llamaba,
a formar parte de él.
Nada sería para siempre, la tarde dejaba de ser.
Fui a retirarme con ella, a mi roca en la vereda.

El amarillo llenaba todos los rincones, incluso mi corazón
Donde sea que estes, la tarde te alcanzaba también.
Recuerda siempre el amarillo de la última tarde de noviembre.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Lineage






Temprano en la mañana de un sábado comencé un nuevo camino. No es un camino común, más buien era un viaje de fantasía, lleno de magia, monstruos y también cosas bellas.



El mago despertó bajo la sombra del inmenso árbol madre, protector y proveedor de vida de todos los elfos. Vestía ropas color blancas y celestes; en su bolso había un pequeño báculo que le serviría para conjurar pequeños hechizos. Lo tomó en sus manos y por vez primera pronunció las palabras mágicas, al tiempo en que las decía, una ráfaga de viento se concentró en círculos frente a él. El viento se transformó en un proyectil mágico que al cabo de unos segundos, salió disparado y fue a dar a un gremlin que pululaba más allá.

El mago salió de la sombra del árbol madre en dirección a la aldea elfa. La bella arquitectura y la blancura en las murallas recordaban la íntima conexión con la naturaleza, principalmente con el agua y su transparencia.

El mundo había cambiado y la aldea elfa se había convertido sólo en una burbuja aislada de la destrucción y la maldad humana, era iluso permanecer en ella, era necesario salir y enfrentar la realidad.

Días después, luego de un viaje no muy largo, el mago se encontraba en la ciudad de Gludio, donde se reuniría con una muy buena amiga de él, una enana llamada Pekitas. Se encontraron en el punto de reunión, el mercado de la ciudad. Allí comprarían pociones y otras cosas para la batalla que se aproximaba, de la que saldrían victoriosos.

Pasaron los años. Un día el mago conoció a un elfo oscuro, una raza que se había separado de los elfos blancos hace miles de años, política y religiosamente. El elfo oscuro se llamaba Apocalipsys y pertenecía también a una clase de magos, con la diferencia de que su magia era oscura. Con el tiempo el mago y el elfo oscuro tuvieron una cercanía tan poderosa que les impedía estar separados, por tres años vivieron juntos. Su magia era una.

Pasó más tiempo y el mago se separó del elfo, sus caminos se dividian para no cruzarse otra vez y ambos lo sabían. Poco después Ertai un elfo blanco jóven, se enlistaba como guerrero por la misma aldea del mago. Se conocieron en una batalla y su amistad dura hasta el día de hoy.

Años después, en una misión complicada, el mago se perdió en unas ruinas ancestrales. Mientras buscaba la salida cruzando pasillos y en salas antiguas, una elfa oscura apareció entre las sombras. Se hacía llamar Natalyta y dos pequeños y brillantes artefactos mágicos flotaban sobre su cabeza. Era una guerrera elfa muy hermosa y valiente, luchaba por su orden de elfos oscuros y en esa ocasión necesitaban de un raro objeto que sólo se encontraba en aquellas ruinas. Afortunadamente, el objeto ya había sido encontrado y la elfa y el mago salieron juntos de las ruinas, abriéndose camino entre los orcos que a menudo aparecían por montones.

20 años pasaron y el mago envejeció. De vuelta en la aldea elfa, cuya belleza y tranquilidad seguía siempre intacta, el mago había dejado de combatir, pero no de luchar por la luz. Abría la puerta a los futuros sucesores, que nunca le olvidarán y que lucharán por el mismo camino que él.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Noviembre


El calor de la primavera lentamente se hace presente. Más rápidamente que lento en realidad, los meses, el tiempo en general, parecen ir un poco más rápido que mis sentimientos. Necestiaría otra vida para poder ver todo lo que quiero y lo que no he visto aún.
Como no ver ni disfrutar lo que ya he visto y disfrutado, con la música, el sol y las personas.
Hace un año, noviembre tenía un paisaje de playa, atardecer anaranjado. Las rocas a un lado y sobre ellas el sol, el mar al frente, el aire fresco... una perfecta introducción para la sorpresa canadiense que tuve ese día.
Este año, noviembre tiene una imagen de tarde brillante, el cielo azul, calor de la ciudad pero sin ser sofocante, más bien era una tarde fresca, en calle traslaviña.
Luego alguien escribió:
"Mientras caminábamos por algunas calles del centro, a veces ponía su brazo en mis hombros, haciendo un gesto de cariño que se camuflaba muy bien en las conductas y actos que la sociedad acostumbra a ver. Cuando lo recuerdo, siento su brazo en mis hombros, siento el cariño que no se si pretendió darme, pero yo lo recibí así. Era lo que siempre había querido."
Suelen decir cuantas primaveras o tantas lunas... En mí caso son cuantos noviembres.
Dos, desde que nací por segunda vez.

domingo, 26 de octubre de 2008

La destrucción

Las calles recordarán los pasos y las palabras. Mientras allí estén, no olvido habrá.
Lamento tanto ver la devastación de lo que era y en lo que ahora es.

Amigo, brillas donde vas.
La existencia te dará lo que tanto persigues, no temas más.
tu escencia y tu sabiduría la felicidad hallarán.

Amigo, brillas donde vas.
Lamento tanto ver la destrucción, la compañía en los lugares grabada quedará. Nuestras palabras reunidas en nosotros permanecerán.

domingo, 19 de octubre de 2008

Declaración

El aroma de esta noche sobrecoge
estrellas, hojas y hierba
bajo los árboles, deseos mi corazón recoge
deseos de verte otra vez mañana.
No puedo decir, cómo besaría tus labios
ni cómo, en mi soledad, te recordaría después
misteriosa belleza, lejana e inalcanzable
¿vendrás algún día y sin un adiós?
Ahora todas las noches sobrecogen
y tu esperas el amor de tus sueños
eterna pasión aun guardada
real es, no una ilusión de antaño
pero aunque mi corazón su amor se guarda
sabes que amarte podría por muchos años.

El baile.


Hoy la luna brilla sin bruma ni neblina,
Por mi ventana la veo iluminar el jardín con su luz plateada,
Mi alma perpleja, feliz se imagina,
Que su más grande deseo por fin cumple una buena hada.

Al jardín voy siguiendo una música dichosa,
Bailando voy, bajo las estrellas,
Acompañando a los árboles que cantan mi prosa,
Mi espíritu agitado destella,
Mientras sobre la hierba doy una vuelta sinuosa.

Al viento vuela mi capa,
Así también como mi amor por ti,
Y las estrellas me muestran el mapa
Para llevar este poema que escribí para ti.

sábado, 18 de octubre de 2008

El Banquete


Ella ponía una torreja de queso en el plato de porcelana. Sus manos delicadas tenían tristes movimientos, preocupados del más mínimo detalle, que el queso armara la figura perfecta en el plato blanco, dejando los bordes de este y su diseño de hojas plateadas casi invisibles a la vista. Lentamente, muy lentamente, cortó otra torreja y la puso sobre la anterior.


Llevó el plato a la mesa y tomó su lugar.


Se sentó y aguardó un momento de cortesía antes de beber un poco de té, también por cortesía. Luego sus manos cortaron un trozo de pan, muy cuidadosamente para no romperlo. Tomó un trozo de queso, mientras veía el resto de los alimentos presentados en la mesa. Había de todo. Al lado del queso estaba un platillo con mermelada de frambuesas, también mantequilla y jamón. Había paltas verdes, huevos preparados de una manera exquisita, manjar fresco. Había también ensaladas de variados tipos, carnes rojas, pollo y pescado. Todo puesto cuidadosamente en la mesa.


Ella tomó una torreja de queso y lo cortó en trozos pequeños. Comió de ellos.

Luego sus manos se quedaron a un lado, como esperando a los demás invitados a comer algo, por cortesía.


No había nadie más, ella estaba sola.

Delicadamente, esperó.

viernes, 17 de octubre de 2008

El desconocido.

Levantó sus ojos y miró al frente. Yo no tenía idea de quien era, sólo sabía su nombre.

Años atrás, su corazón luchaba. Amaba como nunca pensó ser capaz de amar.

Años atrás el viento le sabía dulce y cálido, entre los árboles del campo.

Hace muchos años atrás, la hierba crecía cerca de él, donde antes no la había.

Antes, en sus noches más heladas, las estrellas brillaban con toda su fuerza.

Años atrás, las hojas de otoño comprendían sus nostalgias, la lluvia de invierno sus tristezas, los brotes de primavera sus esperanzas y el sol de verano sus alegrías.

Ahora levantó sus ojos y miró al frente. Yo no tenía idea de quien era, sólo sabía su nombre.

En su mirada pude ver quien era, hace muchos años atrás.

jueves, 16 de octubre de 2008

Gloria de la Mañana


La mañana siempre me ha recordado el yogurt de piña. Las mañanas de los viernes más que las otras, a las 10 am, un poco antes, cuando el cielo esta de color celeste muy claro.


El aroma del aire también es de piña. Me recuerda que todo el día esta por delante, que mis sueños se pueden hacer realidad hoy; que si no lo fueron ayer ni antes, puede ser hoy.


Con mi taza de café a un lado, sentado en el escritorio, miro de reojo por la puerta abierta hacia el living. No hay nadie. Curiosamente mi vista queda fija en la muralla, en las débiles sombras de la cortina que se mueve con el viento de la mañana. El lugar rebosa de piña, de viernes y de celeste, acompañado de un esquisito viento helado.


No importaba el tiempo, mis pensamientos sólo iban con un rumbo... Aquel viernes en la mañana, mis pensamientos iban para no volver, se despedían con celestes pañuelos.


¿Te volveré a ver algún día?

Tengo una mañana de viernes aquí, que no se si es tuya o mía. Unos cuantos pensamientos que se han marchado y dejado sus pañuelos en el viento, acariciando todo a su paso.


¿Te veré mañana?


Los sábados son blancos y de chirimoya. Quizá mañana sí ocurra, quizá mañana sí.



miércoles, 15 de octubre de 2008

Empatía con Alicia y el hervidor eléctrico.

Anoche estaba en mi pc, escribiendo y leyendo sin aportar mucho al mundo cuando Alicia entró en mi pieza. Me pidió que le prestara mi pc un momento para no tener que conectar el suyo (tenemos sólo una conexión a internet). Como no me convenía que me quitara el internet, se lo presté amistosamente.

Apenas se sentó en la silla, mi pc se volvió lento automáticamente. Extremadamente lento.

Alicia empezó a protestar mientras yo veía como clickeaba el mouse e insistía en que "la máquina de escribir", como la llamó, reaccionara del colapso en que estaba. Me di cuenta de que conmigo eso no ocurría y la razón era básicamente que yo sabía cómo funcionaba mi pc. Sabía cuando dejarlo pensar un rato, y cuando seguir...

Pero ella clickeaba y clickeaba furibunda...

Y después el hervidor!
hace un mes se echó a perder y cuando hierve, se apaga pero no se baja el botón, entonces al rato se vuelve a encender solo. Nunca pensamos que nos estaban penando, pero yo me di cuenta de inmediato cual era el problema: el botón no se bajaba, la solución era subirlo con la mano al usar el agua. Alicia optó por desenchufar el hervidor todo el tiempo, sumiendo al aparato en la más profunda tiranía.

Temo por las personas clickeadas y desenchufadas y más por aquellas que lo son y lo hacen al mismo tiempo.

Ser Uno

Vuelvo a ser uno, aunque a un gran costo que no quería pagar.

Es verdad, la paz es buena, pero cómo apreciarla si te atrae como un imán. Un niño o un adulto mayor pueden desearla o incluso, la gente en general que esta a diario en guerra, la busca en todos los rincones . Algunos lo sienten así y buscan la paz, otros incluso no lo perciben y están en guerra consigo mismos sin siquiera saberlo.

Por otro lado, hay quienes poseen la autenticidad en su interior tan fuertemente arraigada, que se ven claramente en el mundo y para lo que están listos. Los niños a disfrutar de la vida, jóvenes a buscar su identidad, los un poco mayores a la intimidad, los medianamente mayores a la generatividad, los adultos mayores a las respuestas de la vida que han llevado. Es fácil detectarlo, incluso a veces puedes ver cómo otras personas buscan responder a estas preguntas, es sobrecogedor cuando logras ver aquel lado humano de otra persona.

La autenticidad te permite saber que la paz es necesaria, pero solo por un momento, porque luego es bueno volver a perderla en la búsqueda de la respuesta a la pregunta que te toca de acuerdo a tu edad. Así, un niño se deprime cuando no puede jugar, un joven no es pleno cuando no sabe quien es, un adulto joven no es feliz cuando esta enamorado y no es correspondido, el adulto se pregunta a quienes desea dejar su legado y se deprime al verse solo, finalmente el adulto mayor no puede morir hasta encontrar el balance entre su vida y la muerte q se le aproxima.

Como decía al principio, hoy he vuelto a ser uno pero a un gran costo. Se imaginarán que no he sido correspondido y esa es la causa de mi pesar, pero no es eso realmente.
Es algo mucho peor que eso.

Me he olvidado lentamente de todo. Las estrellas y la luna no me visitan a diario como antes, los árboles me saludan pero ya no me conversan, en realidad ahora yo paso caminando mucho más rápido bajo ellos. El viento esta ausente, aunque el aire sople.
He logrado la paz, ¿pero a costa de qué?

Cuando veo todas esas cosas en tu nombre, cuando la esperanza me lleva del brazo y me enseña los trucos más hermosos para ti, cuando las estrellas y la luna me animan a seguir susurrándole mensajes al viento, eso es lo que me gusta.

Pero eso no es todo, hacer todo eso contigo es lo que quiero. Si eso fuera posible, tenerte a mi lado sólo una vez, quinientas páginas serían pocas para apuntarlo, aunque no ocuparía mi tiempo en ello. No lo haría tampoco deseando detener el tiempo que ya se habrá detenido por sí solo. Ahora, no escribiré lo que sí haría en aquel momento, está reservado para una persona y para mis sueños solamente.

Para aquellos sueños, que aun insisten...cuando una estrella se asoma entre las nubes.
Mi marcha rápida bajo los árboles seguirá incólume, puedo predecirlo. Dentro de un tiempo, perderé todo contacto con la luna, la paz me inundará ¿y a costa de qué?

Supongo que un poco de paz no estaría tan mal...

Tarde Damasca


El damasco de la tarde ha vuelto a pintar el cielo. Bastante solitario me sentí, al verme vagando mi vista por las nubes de crema, que huían de la noche que se aproxima.

La música cantaba momentos hermosos que ya no existían, mientras yo buscaba los míos propios que ahora parecían tan lejanos y olvidados. Y en la espera me refugié, aunque sabiendo que sería inútil esperar por tí, era una espera desamparada, pero que por eso me servía de refugio.

El damasco se ha ido para convertirse en crema de moras, ahora a mi refugio le asota el viento y el frío. Nada sucederá, y justamente eso, era la causa de mi pesar.

Como niño de 14 años que piensa que todo lo que desea le llegará, porque a los niños les es concedido todo lo que necesitan, al menos así debería ser y eso lo saben. Así como en el primer amor, la primera gran falta a la que los padres no pueden responder, a la que el mundo es indiferente. Así también me refugié, cumpliendo con el primer acto de defensa con el que un niño reacciona…

22 o 14, cual es la diferencia, si con el damasco de todas las tardes busco el sentido sin resignarme a no poder encontrarlo, y luego me refugio otra vez, pero como si fuera la primera.

El mundo ni siquiera enlentece su paso para esperarme, sigue indiferente, me mira de reojo hacia un lado y luego vuelve la mirada al reloj, olvidándose de mi y reduciendo mis sentimientos a cenizas sin percatarse de ello.

A veces pienso que es mucho mejor dejar el refugio y correr a perseguir al mundo, de hecho generalmente lo hago. Pero, a veces, cuando el damasco pinta el cielo, y cuando la esperanza de tí toma fuerza, solo por un momento, me retiro a mi refugio, exhausto...

Paz lunar




Hace un rato salí a fumar un cigarro afuera y tuve una seria conversación con la Luna y todas las estrellas estaban de testigo. Todo empezó con mi anhelo de ver alguna estrella fugaz que me concediera un deseo, sin embargo de pronto la Luna me interrumpió. Ella me preguntó qué estaba haciendo, y frente a todas las estrellas me sentí avergonzado de no poder ofrecer una respuesta coherente. Esta noche no habrá ninguna estrella fugaz para ti, Daniel – me dijo – sabes perfectamente que con los deseos no se juega.

Después de un rato comprendí lo que me había querido decir la Luna. Aquel deseo que tenía era inútil, vacío. Estaba de pie ante una muralla tan firme que ninguna estrella podría romper, estaba de pie ante un NO que yo no podía deshacer y que por tanto, nada más podría hacerlo.

Fue entonces cuando entendí que la solución no era la batalla sino la tregua. Había estado en guerra conmigo mismo desde hace ya un par de meses y ya estoy cansado. Volví a sentarme en el trono de mi alma con la frente en alto y descansando por fin. Las partes de mí que habían estado en disputa se calmaron y ahora están en tregua, unidas otra vez como antes.

En ese momento mis papás salieron al patio. Apagué el cigarro y emprendí el camino de regreso a la casa. Giré mi cuerpo sin mover los pies para echarle una mirada de despedida a la Luna, y aprovechar de preguntarle con los ojos, si este realmente era el final. Ella me miró con cara de ternura y todas las estrellas la acompañaban.

Yo había capitulado y ahora regresaba en paz lunar.