domingo, 30 de noviembre de 2008

Última tarde de noviembre

La tarde trajo el amarillo del verano,
el aroma de antiguos días ya casi olvidados.
los árboles se despedían silenciosamente del viento.
También trajo tu recuerdo.

La inmensidad del momento me llamaba,
a formar parte de él.
Nada sería para siempre, la tarde dejaba de ser.
Fui a retirarme con ella, a mi roca en la vereda.

El amarillo llenaba todos los rincones, incluso mi corazón
Donde sea que estes, la tarde te alcanzaba también.
Recuerda siempre el amarillo de la última tarde de noviembre.

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