miércoles, 15 de octubre de 2008

Ser Uno

Vuelvo a ser uno, aunque a un gran costo que no quería pagar.

Es verdad, la paz es buena, pero cómo apreciarla si te atrae como un imán. Un niño o un adulto mayor pueden desearla o incluso, la gente en general que esta a diario en guerra, la busca en todos los rincones . Algunos lo sienten así y buscan la paz, otros incluso no lo perciben y están en guerra consigo mismos sin siquiera saberlo.

Por otro lado, hay quienes poseen la autenticidad en su interior tan fuertemente arraigada, que se ven claramente en el mundo y para lo que están listos. Los niños a disfrutar de la vida, jóvenes a buscar su identidad, los un poco mayores a la intimidad, los medianamente mayores a la generatividad, los adultos mayores a las respuestas de la vida que han llevado. Es fácil detectarlo, incluso a veces puedes ver cómo otras personas buscan responder a estas preguntas, es sobrecogedor cuando logras ver aquel lado humano de otra persona.

La autenticidad te permite saber que la paz es necesaria, pero solo por un momento, porque luego es bueno volver a perderla en la búsqueda de la respuesta a la pregunta que te toca de acuerdo a tu edad. Así, un niño se deprime cuando no puede jugar, un joven no es pleno cuando no sabe quien es, un adulto joven no es feliz cuando esta enamorado y no es correspondido, el adulto se pregunta a quienes desea dejar su legado y se deprime al verse solo, finalmente el adulto mayor no puede morir hasta encontrar el balance entre su vida y la muerte q se le aproxima.

Como decía al principio, hoy he vuelto a ser uno pero a un gran costo. Se imaginarán que no he sido correspondido y esa es la causa de mi pesar, pero no es eso realmente.
Es algo mucho peor que eso.

Me he olvidado lentamente de todo. Las estrellas y la luna no me visitan a diario como antes, los árboles me saludan pero ya no me conversan, en realidad ahora yo paso caminando mucho más rápido bajo ellos. El viento esta ausente, aunque el aire sople.
He logrado la paz, ¿pero a costa de qué?

Cuando veo todas esas cosas en tu nombre, cuando la esperanza me lleva del brazo y me enseña los trucos más hermosos para ti, cuando las estrellas y la luna me animan a seguir susurrándole mensajes al viento, eso es lo que me gusta.

Pero eso no es todo, hacer todo eso contigo es lo que quiero. Si eso fuera posible, tenerte a mi lado sólo una vez, quinientas páginas serían pocas para apuntarlo, aunque no ocuparía mi tiempo en ello. No lo haría tampoco deseando detener el tiempo que ya se habrá detenido por sí solo. Ahora, no escribiré lo que sí haría en aquel momento, está reservado para una persona y para mis sueños solamente.

Para aquellos sueños, que aun insisten...cuando una estrella se asoma entre las nubes.
Mi marcha rápida bajo los árboles seguirá incólume, puedo predecirlo. Dentro de un tiempo, perderé todo contacto con la luna, la paz me inundará ¿y a costa de qué?

Supongo que un poco de paz no estaría tan mal...

No hay comentarios:

Publicar un comentario