Las calles recordarán los pasos y las palabras. Mientras allí estén, no olvido habrá.
Lamento tanto ver la devastación de lo que era y en lo que ahora es.
Amigo, brillas donde vas.
La existencia te dará lo que tanto persigues, no temas más.
tu escencia y tu sabiduría la felicidad hallarán.
Amigo, brillas donde vas.
Lamento tanto ver la destrucción, la compañía en los lugares grabada quedará. Nuestras palabras reunidas en nosotros permanecerán.
domingo, 26 de octubre de 2008
La destrucción
domingo, 19 de octubre de 2008
Declaración
El aroma de esta noche sobrecoge
estrellas, hojas y hierba
bajo los árboles, deseos mi corazón recoge
deseos de verte otra vez mañana.
No puedo decir, cómo besaría tus labios
ni cómo, en mi soledad, te recordaría después
misteriosa belleza, lejana e inalcanzable
¿vendrás algún día y sin un adiós?
Ahora todas las noches sobrecogen
y tu esperas el amor de tus sueños
eterna pasión aun guardada
real es, no una ilusión de antaño
pero aunque mi corazón su amor se guarda
sabes que amarte podría por muchos años.
El baile.

Hoy la luna brilla sin bruma ni neblina,
Por mi ventana la veo iluminar el jardín con su luz plateada,
Mi alma perpleja, feliz se imagina,
Que su más grande deseo por fin cumple una buena hada.
Al jardín voy siguiendo una música dichosa,
Bailando voy, bajo las estrellas,
Acompañando a los árboles que cantan mi prosa,
Mi espíritu agitado destella,
Mientras sobre la hierba doy una vuelta sinuosa.
Al viento vuela mi capa,
Así también como mi amor por ti,
Y las estrellas me muestran el mapa
Para llevar este poema que escribí para ti.
Por mi ventana la veo iluminar el jardín con su luz plateada,
Mi alma perpleja, feliz se imagina,
Que su más grande deseo por fin cumple una buena hada.
Al jardín voy siguiendo una música dichosa,
Bailando voy, bajo las estrellas,
Acompañando a los árboles que cantan mi prosa,
Mi espíritu agitado destella,
Mientras sobre la hierba doy una vuelta sinuosa.
Al viento vuela mi capa,
Así también como mi amor por ti,
Y las estrellas me muestran el mapa
Para llevar este poema que escribí para ti.
sábado, 18 de octubre de 2008
El Banquete

Ella ponía una torreja de queso en el plato de porcelana. Sus manos delicadas tenían tristes movimientos, preocupados del más mínimo detalle, que el queso armara la figura perfecta en el plato blanco, dejando los bordes de este y su diseño de hojas plateadas casi invisibles a la vista. Lentamente, muy lentamente, cortó otra torreja y la puso sobre la anterior.
Llevó el plato a la mesa y tomó su lugar.
Se sentó y aguardó un momento de cortesía antes de beber un poco de té, también por cortesía. Luego sus manos cortaron un trozo de pan, muy cuidadosamente para no romperlo. Tomó un trozo de queso, mientras veía el resto de los alimentos presentados en la mesa. Había de todo. Al lado del queso estaba un platillo con mermelada de frambuesas, también mantequilla y jamón. Había paltas verdes, huevos preparados de una manera exquisita, manjar fresco. Había también ensaladas de variados tipos, carnes rojas, pollo y pescado. Todo puesto cuidadosamente en la mesa.
Ella tomó una torreja de queso y lo cortó en trozos pequeños. Comió de ellos.
Luego sus manos se quedaron a un lado, como esperando a los demás invitados a comer algo, por cortesía.
No había nadie más, ella estaba sola.
Delicadamente, esperó.
viernes, 17 de octubre de 2008
El desconocido.
Levantó sus ojos y miró al frente. Yo no tenía idea de quien era, sólo sabía su nombre.
Años atrás, su corazón luchaba. Amaba como nunca pensó ser capaz de amar.
Años atrás el viento le sabía dulce y cálido, entre los árboles del campo.
Hace muchos años atrás, la hierba crecía cerca de él, donde antes no la había.
Antes, en sus noches más heladas, las estrellas brillaban con toda su fuerza.
Años atrás, las hojas de otoño comprendían sus nostalgias, la lluvia de invierno sus tristezas, los brotes de primavera sus esperanzas y el sol de verano sus alegrías.
Ahora levantó sus ojos y miró al frente. Yo no tenía idea de quien era, sólo sabía su nombre.
En su mirada pude ver quien era, hace muchos años atrás.
jueves, 16 de octubre de 2008
Gloria de la Mañana
La mañana siempre me ha recordado el yogurt de piña. Las mañanas de los viernes más que las otras, a las 10 am, un poco antes, cuando el cielo esta de color celeste muy claro.
El aroma del aire también es de piña. Me recuerda que todo el día esta por delante, que mis sueños se pueden hacer realidad hoy; que si no lo fueron ayer ni antes, puede ser hoy.
Con mi taza de café a un lado, sentado en el escritorio, miro de reojo por la puerta abierta hacia el living. No hay nadie. Curiosamente mi vista queda fija en la muralla, en las débiles sombras de la cortina que se mueve con el viento de la mañana. El lugar rebosa de piña, de viernes y de celeste, acompañado de un esquisito viento helado.
No importaba el tiempo, mis pensamientos sólo iban con un rumbo... Aquel viernes en la mañana, mis pensamientos iban para no volver, se despedían con celestes pañuelos.
¿Te volveré a ver algún día?
Tengo una mañana de viernes aquí, que no se si es tuya o mía. Unos cuantos pensamientos que se han marchado y dejado sus pañuelos en el viento, acariciando todo a su paso.
¿Te veré mañana?
Los sábados son blancos y de chirimoya. Quizá mañana sí ocurra, quizá mañana sí.
miércoles, 15 de octubre de 2008
Empatía con Alicia y el hervidor eléctrico.
Anoche estaba en mi pc, escribiendo y leyendo sin aportar mucho al mundo cuando Alicia entró en mi pieza. Me pidió que le prestara mi pc un momento para no tener que conectar el suyo (tenemos sólo una conexión a internet). Como no me convenía que me quitara el internet, se lo presté amistosamente.
Apenas se sentó en la silla, mi pc se volvió lento automáticamente. Extremadamente lento.
Alicia empezó a protestar mientras yo veía como clickeaba el mouse e insistía en que "la máquina de escribir", como la llamó, reaccionara del colapso en que estaba. Me di cuenta de que conmigo eso no ocurría y la razón era básicamente que yo sabía cómo funcionaba mi pc. Sabía cuando dejarlo pensar un rato, y cuando seguir...
Pero ella clickeaba y clickeaba furibunda...
Y después el hervidor!
hace un mes se echó a perder y cuando hierve, se apaga pero no se baja el botón, entonces al rato se vuelve a encender solo. Nunca pensamos que nos estaban penando, pero yo me di cuenta de inmediato cual era el problema: el botón no se bajaba, la solución era subirlo con la mano al usar el agua. Alicia optó por desenchufar el hervidor todo el tiempo, sumiendo al aparato en la más profunda tiranía.
Temo por las personas clickeadas y desenchufadas y más por aquellas que lo son y lo hacen al mismo tiempo.
Apenas se sentó en la silla, mi pc se volvió lento automáticamente. Extremadamente lento.
Alicia empezó a protestar mientras yo veía como clickeaba el mouse e insistía en que "la máquina de escribir", como la llamó, reaccionara del colapso en que estaba. Me di cuenta de que conmigo eso no ocurría y la razón era básicamente que yo sabía cómo funcionaba mi pc. Sabía cuando dejarlo pensar un rato, y cuando seguir...
Pero ella clickeaba y clickeaba furibunda...
Y después el hervidor!
hace un mes se echó a perder y cuando hierve, se apaga pero no se baja el botón, entonces al rato se vuelve a encender solo. Nunca pensamos que nos estaban penando, pero yo me di cuenta de inmediato cual era el problema: el botón no se bajaba, la solución era subirlo con la mano al usar el agua. Alicia optó por desenchufar el hervidor todo el tiempo, sumiendo al aparato en la más profunda tiranía.
Temo por las personas clickeadas y desenchufadas y más por aquellas que lo son y lo hacen al mismo tiempo.
Ser Uno
Vuelvo a ser uno, aunque a un gran costo que no quería pagar.
Es verdad, la paz es buena, pero cómo apreciarla si te atrae como un imán. Un niño o un adulto mayor pueden desearla o incluso, la gente en general que esta a diario en guerra, la busca en todos los rincones . Algunos lo sienten así y buscan la paz, otros incluso no lo perciben y están en guerra consigo mismos sin siquiera saberlo.
Por otro lado, hay quienes poseen la autenticidad en su interior tan fuertemente arraigada, que se ven claramente en el mundo y para lo que están listos. Los niños a disfrutar de la vida, jóvenes a buscar su identidad, los un poco mayores a la intimidad, los medianamente mayores a la generatividad, los adultos mayores a las respuestas de la vida que han llevado. Es fácil detectarlo, incluso a veces puedes ver cómo otras personas buscan responder a estas preguntas, es sobrecogedor cuando logras ver aquel lado humano de otra persona.
La autenticidad te permite saber que la paz es necesaria, pero solo por un momento, porque luego es bueno volver a perderla en la búsqueda de la respuesta a la pregunta que te toca de acuerdo a tu edad. Así, un niño se deprime cuando no puede jugar, un joven no es pleno cuando no sabe quien es, un adulto joven no es feliz cuando esta enamorado y no es correspondido, el adulto se pregunta a quienes desea dejar su legado y se deprime al verse solo, finalmente el adulto mayor no puede morir hasta encontrar el balance entre su vida y la muerte q se le aproxima.
Como decía al principio, hoy he vuelto a ser uno pero a un gran costo. Se imaginarán que no he sido correspondido y esa es la causa de mi pesar, pero no es eso realmente.
Es algo mucho peor que eso.
Me he olvidado lentamente de todo. Las estrellas y la luna no me visitan a diario como antes, los árboles me saludan pero ya no me conversan, en realidad ahora yo paso caminando mucho más rápido bajo ellos. El viento esta ausente, aunque el aire sople.
He logrado la paz, ¿pero a costa de qué?
Cuando veo todas esas cosas en tu nombre, cuando la esperanza me lleva del brazo y me enseña los trucos más hermosos para ti, cuando las estrellas y la luna me animan a seguir susurrándole mensajes al viento, eso es lo que me gusta.
Pero eso no es todo, hacer todo eso contigo es lo que quiero. Si eso fuera posible, tenerte a mi lado sólo una vez, quinientas páginas serían pocas para apuntarlo, aunque no ocuparía mi tiempo en ello. No lo haría tampoco deseando detener el tiempo que ya se habrá detenido por sí solo. Ahora, no escribiré lo que sí haría en aquel momento, está reservado para una persona y para mis sueños solamente.
Para aquellos sueños, que aun insisten...cuando una estrella se asoma entre las nubes.
Mi marcha rápida bajo los árboles seguirá incólume, puedo predecirlo. Dentro de un tiempo, perderé todo contacto con la luna, la paz me inundará ¿y a costa de qué?
Supongo que un poco de paz no estaría tan mal...
Tarde Damasca

El damasco de la tarde ha vuelto a pintar el cielo. Bastante solitario me sentí, al verme vagando mi vista por las nubes de crema, que huían de la noche que se aproxima.
La música cantaba momentos hermosos que ya no existían, mientras yo buscaba los míos propios que ahora parecían tan lejanos y olvidados. Y en la espera me refugié, aunque sabiendo que sería inútil esperar por tí, era una espera desamparada, pero que por eso me servía de refugio.
El damasco se ha ido para convertirse en crema de moras, ahora a mi refugio le asota el viento y el frío. Nada sucederá, y justamente eso, era la causa de mi pesar.
Como niño de 14 años que piensa que todo lo que desea le llegará, porque a los niños les es concedido todo lo que necesitan, al menos así debería ser y eso lo saben. Así como en el primer amor, la primera gran falta a la que los padres no pueden responder, a la que el mundo es indiferente. Así también me refugié, cumpliendo con el primer acto de defensa con el que un niño reacciona…
22 o 14, cual es la diferencia, si con el damasco de todas las tardes busco el sentido sin resignarme a no poder encontrarlo, y luego me refugio otra vez, pero como si fuera la primera.
El mundo ni siquiera enlentece su paso para esperarme, sigue indiferente, me mira de reojo hacia un lado y luego vuelve la mirada al reloj, olvidándose de mi y reduciendo mis sentimientos a cenizas sin percatarse de ello.
A veces pienso que es mucho mejor dejar el refugio y correr a perseguir al mundo, de hecho generalmente lo hago. Pero, a veces, cuando el damasco pinta el cielo, y cuando la esperanza de tí toma fuerza, solo por un momento, me retiro a mi refugio, exhausto...
La música cantaba momentos hermosos que ya no existían, mientras yo buscaba los míos propios que ahora parecían tan lejanos y olvidados. Y en la espera me refugié, aunque sabiendo que sería inútil esperar por tí, era una espera desamparada, pero que por eso me servía de refugio.
El damasco se ha ido para convertirse en crema de moras, ahora a mi refugio le asota el viento y el frío. Nada sucederá, y justamente eso, era la causa de mi pesar.
Como niño de 14 años que piensa que todo lo que desea le llegará, porque a los niños les es concedido todo lo que necesitan, al menos así debería ser y eso lo saben. Así como en el primer amor, la primera gran falta a la que los padres no pueden responder, a la que el mundo es indiferente. Así también me refugié, cumpliendo con el primer acto de defensa con el que un niño reacciona…
22 o 14, cual es la diferencia, si con el damasco de todas las tardes busco el sentido sin resignarme a no poder encontrarlo, y luego me refugio otra vez, pero como si fuera la primera.
El mundo ni siquiera enlentece su paso para esperarme, sigue indiferente, me mira de reojo hacia un lado y luego vuelve la mirada al reloj, olvidándose de mi y reduciendo mis sentimientos a cenizas sin percatarse de ello.
A veces pienso que es mucho mejor dejar el refugio y correr a perseguir al mundo, de hecho generalmente lo hago. Pero, a veces, cuando el damasco pinta el cielo, y cuando la esperanza de tí toma fuerza, solo por un momento, me retiro a mi refugio, exhausto...
Paz lunar

Hace un rato salí a fumar un cigarro afuera y tuve una seria conversación con la Luna y todas las estrellas estaban de testigo. Todo empezó con mi anhelo de ver alguna estrella fugaz que me concediera un deseo, sin embargo de pronto la Luna me interrumpió. Ella me preguntó qué estaba haciendo, y frente a todas las estrellas me sentí avergonzado de no poder ofrecer una respuesta coherente. Esta noche no habrá ninguna estrella fugaz para ti, Daniel – me dijo – sabes perfectamente que con los deseos no se juega.
Después de un rato comprendí lo que me había querido decir la Luna. Aquel deseo que tenía era inútil, vacío. Estaba de pie ante una muralla tan firme que ninguna estrella podría romper, estaba de pie ante un NO que yo no podía deshacer y que por tanto, nada más podría hacerlo.
Fue entonces cuando entendí que la solución no era la batalla sino la tregua. Había estado en guerra conmigo mismo desde hace ya un par de meses y ya estoy cansado. Volví a sentarme en el trono de mi alma con la frente en alto y descansando por fin. Las partes de mí que habían estado en disputa se calmaron y ahora están en tregua, unidas otra vez como antes.
En ese momento mis papás salieron al patio. Apagué el cigarro y emprendí el camino de regreso a la casa. Giré mi cuerpo sin mover los pies para echarle una mirada de despedida a la Luna, y aprovechar de preguntarle con los ojos, si este realmente era el final. Ella me miró con cara de ternura y todas las estrellas la acompañaban.
Yo había capitulado y ahora regresaba en paz lunar.
Después de un rato comprendí lo que me había querido decir la Luna. Aquel deseo que tenía era inútil, vacío. Estaba de pie ante una muralla tan firme que ninguna estrella podría romper, estaba de pie ante un NO que yo no podía deshacer y que por tanto, nada más podría hacerlo.
Fue entonces cuando entendí que la solución no era la batalla sino la tregua. Había estado en guerra conmigo mismo desde hace ya un par de meses y ya estoy cansado. Volví a sentarme en el trono de mi alma con la frente en alto y descansando por fin. Las partes de mí que habían estado en disputa se calmaron y ahora están en tregua, unidas otra vez como antes.
En ese momento mis papás salieron al patio. Apagué el cigarro y emprendí el camino de regreso a la casa. Giré mi cuerpo sin mover los pies para echarle una mirada de despedida a la Luna, y aprovechar de preguntarle con los ojos, si este realmente era el final. Ella me miró con cara de ternura y todas las estrellas la acompañaban.
Yo había capitulado y ahora regresaba en paz lunar.
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