viernes, 28 de octubre de 2011

Descubrimiento

Tiempo implacable, que no me das tregua

Crezco y me transformo como las nubes al pasar

Olvido y recuerdo de una forma casi ciega

Como un río calmado no me queda más que esperar.


El viento se llena de paisajes de antaño

Su aroma me recuerda mi infancia

Repleta de café, chimeneas y castaños

Libre entonces de pensamientos y arrogancia.


Y siempre puedo regresar, en cualquier lugar

A la casa de mi abuela, con solo pensar

Y el amor

El cariño que me diste

Será lo que en este mundo me haga perdurar.


Puedo ver en mi interior

La luz imperecedera mora en lo más profundo

Y veo como rebrota hermoso, el amor.


Ha permanecido oculto tanto tiempo

Y estalla como un regalo para la tierra y los que moran en ella

Y vuelvo a crecer

Me transformo en luz entre las tinieblas, como una estrella.


Ahora me hace tanto sentido

El tiempo y los recuerdos de antaño

Es la eternidad que mi espíritu ha investido

La vida que se me ha conferido

Para escuchar, contemplar y amar.

sábado, 18 de junio de 2011

Montañas

Las montañas nubladas me llamaban por la ventana,

No oí su grito, su silueta me distrajo

Se iba a la mañana siguiente y yo lloraba por dentro

Deseé que el tiempo se detuviera, en la tarde.

Sentado en su silla, lo miré por última vez

El mundo desaparecía a mí alrededor

Los colores, desteñidos todos, los sabores, amargos todos.

Deseé que el tiempo se detuviera, en la noche.

En muchas noches.

Comimos helado, de su sabor y el mío, juntos.

Jugamos, hasta entrada la noche,

Bebimos vino y hablamos por horas, hasta dormir.

Caminamos entre los árboles, admiramos su belleza,

Llegamos a las cumbres y vimos más allá de lo que cualquiera podía ver

Anduvimos entre la gente gris, sólo él resplandecía para mí.

Sobre un tren lo admiré y me avergoncé de mi aspecto.

Toqué su piel, y era como tocar la mía.

Llegado el día, zarpó hacia su nueva vida.

Me volví, destituido del mundo

caminé, desnudo entre la multitud.

Entré en la recámara, donde pude oler su aroma.

sollocé por unas cuantas horas, hasta dormir.

Me di vueltas y lo abracé en mis sueños,

Oí su voz hablándome, caminé junto a él por días.

Estuve en batalla, me asesinaron treinta veces.

Lloré hacia los cielos, hasta que los árboles perdieron sus hojas.

Las montañas nubladas me llamaron por la ventana,

Las pude ver por primera vez,

Tan hermosas y tan blancas,

Esperé verlo otra vez, algún día.

Y el tiempo se detuvo, para mí y para él, juntos.

lunes, 18 de abril de 2011

Yo (tú)

Escalas por las murallas, con tus hojas vitales

Escribiendo tu historia en cada noche, en cada rocío

Sin temer al otoño ni al invierno.

Lloras como las rosas, pensantes y nostálgicas

Tus lágrimas se pierden con la lluvia,

Inundando con sentido, tu amor.

Tus hojas se tornan amarillas, de pura tristeza

Tus esperanzas llenas de color,

De a poco se marchitan,

Y lentamente caes en el sueño eterno

Con tu último suspiro, miras la luna

Brillante como diamante de plata

Solitaria en su eternidad,

Desesperada en su deseo blanco

Mueres…

Amándola, como si fuera tu propio cuerpo

Tu propia vida, eterna

Por incontables edades en la tierra.

lunes, 11 de octubre de 2010

Guardando los detalles en cajas y libros secretos
Pues ninguno es valioso para el tiempo,
Sólo para mí.

Cuantos detalles he olvidado ya que quisiera recordar
La ropa que vestías, las cosas que decías,
Los momentos que pasamos juntos, todo lo que yo sentía,
Todo eso se imprimió en los muros y en los lugares,
Para dar paso a una vaga memoria.

Profundo es mi ser y profundo mi deseo,
Siento con el corazón, con cada latido de su potente fuerza,
Lucha contra el paso del tiempo,
Revive el momento, dale vida,
Dame vida.

lunes, 2 de agosto de 2010

Abuela

Anciana de los ojos bondadosos,

Apareciste un día colmada de amor y alegría

En la tierra que te vio crecer y también sufrir, te conocí.

De ti aprendí, pues apenas un niño era entonces,

Que de alimentos no vive el hombre sino de amor.

Oh mujer, que aun mira el amanecer de cada día,

Quisiera verlo contigo una vez más, como de niño lo hacía.

En mis más felices momentos es a ti a quien acudía.

En el frio invierno tú me arrullabas,

Y el calor del verano conmigo vivías.

Ahora en el ocaso de tu vida, viene a ti tu recompensa

Recuerdos y la felicidad de quienes te rodearon.

Sutil y pobre recompensa para todo lo que has hecho.

Oh abuela, lo veo en tus ojos y lo escucho en tu voz,

El misterio que esconde tu corazón,

El secreto de tu espíritu,

Se devela ahora en el sabor de las frutas de verano

Y las chimeneas humeantes de invierno.

Con tu herencia me quedo,

El deseo y la ternura de nuestros corazones,

El amor y la familia,

Los recuerdos y tu sangre entre mis venas.

domingo, 25 de julio de 2010

Soledad

Me encuentro mirando por la ventana, recuerdos de una despedida

Mientras la luna se alza majestuosa sobre la cordillera,

Pienso en volver a la tierra que me vio crecer.

Regresar a aquellos que dieron todo por mí y que no esperaron nada a cambio.

Despedidas, bajo el cielo frio y celeste de invierno.

Sonrisas que esconden una ya conocida amargura,

por corazones acostumbrados a esperar.

Entre sollozos silenciosos me someto a la incertidumbre,

De tener que abandonar a algunos pero sin saber a cuales.

A los de años tempranos que no deberían lidiar con la soledad,

O a los de años tardíos que viven de nuestra compañía.

Los días pasarán y el tiempo indiferente se encargará

De darle a las cosas un destino que hoy desconozco, pero con el que intento cargar.

Momentos felices y de regocijo, que ocultan mi miedo tembloroso,

Y una amargura que hoy, en mi ventana, dejo brotar sin restricción.

Las personas que se aman deberían estar juntas.

Estaré con los de mi sangre, a los que les debo mi vida.

Dejaré a los más ancianos, cuyos corazones saben cómo esperar,

A la tierra en que nací y donde siempre quise vivir.

Sé que lo entenderán.

La peor soledad es cuando luchas para que los que amas no estén solos.

lunes, 19 de julio de 2010

De pie me encuentro en las estruendosas calles

Vagando en las noches y en las esperanzas.

Me dormí en el fría almohada de la soledad..

Pero desperté con un beso tuyo,

Joven de cabellos rojizos y rostro resplandeciente.

Me dijiste que me levantara y pude verte bien.

Oh Tomas, el de los sueños tan grandes como el cielo.

Ahora la noche nos cobija,

Horas incesantes de un invierno sin final.

Viajes de trenes que no conducen a ningún lugar,

A pueblos en las montañas o selvas lluviosas…

De pie me encuentro en las estruendosas calles,

Vagando en las noches y en las esperanzas

miércoles, 28 de abril de 2010

Rojo puro

Sueños tan mágicos llevas
en un desierto de desesperanza e ilusión;
las estrellas fueron hechas para tí.
Los días en rojos atardeceres cesaron,
hasta que tu pasado llegó a su fin.

Levanto suaves miradas a la aurora,
pues rojas esperanzas cada mañana declaro.
Me he encontrado con una fresa entre azules moras,
más dulce de lo que alguna vez soñé,
única como cada mañana,
como cada sol.

La noche como siempre se hace presente,
dormirás con la luna y las estrellas, en profundo sueño.
extrañarás amores o recuerdos de antaño?
He de soñar con tus sueños como si míos fuesen.

Sueños tan mágicos llevas,
en un desierto de desesperanza e ilusión,
mundo insípido destinado a la tristeza.
Los días en rojos atardeceres cesaron,
hasta que tu pasado llegó a su fin.

sábado, 24 de abril de 2010

Zanahorias en mi Cabeza


Dentro de ti hay un amanecer,

un cielo rojo y gris que me deja sin aliento,

aventuras peligrosas y ternuras sin igual,

que emociones olvidadas hacen renacer.


no busco en tí lo que tu quieres,

pero encuentro otras que desconoces,

como todas las estrellas rojas de la ciudad,

que ahora hacen que te recuerde.


El día es tuyo, la noche es mía,

hasta un amanecer que podemos compartir,

rojo como la pasión,

como tu hermoso cabello,

igual que tu corazón.


viernes, 16 de abril de 2010

Atardecer en la Ciudad

La ciudad gris resuena estridente,
a pasos lentos y a la distancia, busco el horizonte
en un torbellino de deseos, mi corazón las horas presiente.

He llegado al cielo y a la tierra,
y en musical paso, al sol y a las estrellas
la ciudad, en su rutina y velocidad insiste,
pero mi alma en su plenitud persiste, como las nubes.

la fuerza de la tierra, en mi corazón,
la paciencia de la noche, en mi alma.

La ciudad resuena estridente,
pero ya no más,
ahora se calma a mi voluntad,
con el viento y los árboles en plena armonía,
y mis sueños y esperanzas, en alegre clamosidad
del día y del quehacer,
del viento y de la tierra,
de los recuerdos y del mar.

domingo, 14 de marzo de 2010

Viaje


El clima cambió,

el invierno se vislumbra tras días de inquietantes aventuras.

La calidez del verano, pronto abandona.


El viento sopla en una dirección nueva,

hacia el este,

lejos de bares porteños y de corazones grandes.


Me desvanezco como la niebla de la mañana, de los recuerdos.

mis antiguas esperanzas parten al olvido,

despedidas por las hojas del otoño.


El clima cambió,

las estrellas mostrarán el camino que se abre paso hacia el futuro,

y también el que me llevará de vuelta...

a mi hogar.


El viento y yo, somos uno solo,

hasta que el invierno ceda, sopla fuerte y seguro,

como mi corazón.

miércoles, 13 de enero de 2010


Veo el amanecer y sus fríos colores.

Los árboles y las aves anuncian la llegada de tiempos cálidos

He presenciado campos verdes y brillantes en tu nombre

En mis sueños, en las tardes y en las noches.

El tiempo nos regaló un trozo de cada uno

Para compararlo con cada estrella de una noche sin nubes.

Los días nos han dispuesto caminos diferentes,

Que desde hoy se despiden como pétalos de la misma flor

Pero, por el río corren las mismas aguas,

Los vientos traen los aromas de siempre,

Y los árboles anuncian la misma belleza.

Corazón, despierta como un huracán

Resuena con las olas del mar y el sol de la mañana

Mis deseos menguan todas las tinieblas

Seamos de los colores del amanecer.

Ven a mí, mi amor;

Juntemos nuestros recuerdos, en una sinfonía de placeres

De esos que nos trae la primavera,

Sin dolores ni penas que marchiten nuestra eternidad

Somos el sueño de las ilusiones.

Despierto, veo los demonios y sus tesoros

El deseo y la desesperación.

viernes, 18 de diciembre de 2009


Brisa de la mañana, me hablaste de mi corazón.
Puedo ver todos los secretos de esta tierra.
Mi deseo es enorme y profundo, como el cielo.
Soy una ola, de un armonioso océano.

Y todas las aves cantaron en el este,
mi espíritu resuena con el llamado del sol.
Camino por veredas en el bosque, repleto de flores salvajes.
La tierra y el mar acuden a mi corazón, con hermosos parajes.

Viento matutino, déjame ver aun más allá,
soy una chispa de tiempo en la eternidad,
conmovido por todos los colores de este mundo.

Puedo ver las estrellas,
puedo ver el sol...

viernes, 11 de diciembre de 2009

Horizonte

Cuando diciembre vino ante mí
y todos los caminos se volvieron eternos,
por fin lo comprendí...

No valía la pena esperar,
no tenía porqué desear.

Algunos recuerdos queman con pasión
unas lágrimas de piedra hicieron el camino,
que ahora nos separará para siempre.

Mi culpa fue querer más,
me equivoqué en sentir frío,
mi peor error fue sentirme solo.
Sólo ahora lo comprendo,
acuérdate de mí.

Ahora todas las estrellas son las mismas,
los veranos serán todos calurosos.
Tendremos cualquier cosa que queramos,
excepto lo que ya perdimos.

Sólo me queda una cosa,
ahora lo comprendo,
acuérdate de mí,
Por favor, acuérdate de mí.