lunes, 11 de octubre de 2010

Guardando los detalles en cajas y libros secretos
Pues ninguno es valioso para el tiempo,
Sólo para mí.

Cuantos detalles he olvidado ya que quisiera recordar
La ropa que vestías, las cosas que decías,
Los momentos que pasamos juntos, todo lo que yo sentía,
Todo eso se imprimió en los muros y en los lugares,
Para dar paso a una vaga memoria.

Profundo es mi ser y profundo mi deseo,
Siento con el corazón, con cada latido de su potente fuerza,
Lucha contra el paso del tiempo,
Revive el momento, dale vida,
Dame vida.

lunes, 2 de agosto de 2010

Abuela

Anciana de los ojos bondadosos,

Apareciste un día colmada de amor y alegría

En la tierra que te vio crecer y también sufrir, te conocí.

De ti aprendí, pues apenas un niño era entonces,

Que de alimentos no vive el hombre sino de amor.

Oh mujer, que aun mira el amanecer de cada día,

Quisiera verlo contigo una vez más, como de niño lo hacía.

En mis más felices momentos es a ti a quien acudía.

En el frio invierno tú me arrullabas,

Y el calor del verano conmigo vivías.

Ahora en el ocaso de tu vida, viene a ti tu recompensa

Recuerdos y la felicidad de quienes te rodearon.

Sutil y pobre recompensa para todo lo que has hecho.

Oh abuela, lo veo en tus ojos y lo escucho en tu voz,

El misterio que esconde tu corazón,

El secreto de tu espíritu,

Se devela ahora en el sabor de las frutas de verano

Y las chimeneas humeantes de invierno.

Con tu herencia me quedo,

El deseo y la ternura de nuestros corazones,

El amor y la familia,

Los recuerdos y tu sangre entre mis venas.

domingo, 25 de julio de 2010

Soledad

Me encuentro mirando por la ventana, recuerdos de una despedida

Mientras la luna se alza majestuosa sobre la cordillera,

Pienso en volver a la tierra que me vio crecer.

Regresar a aquellos que dieron todo por mí y que no esperaron nada a cambio.

Despedidas, bajo el cielo frio y celeste de invierno.

Sonrisas que esconden una ya conocida amargura,

por corazones acostumbrados a esperar.

Entre sollozos silenciosos me someto a la incertidumbre,

De tener que abandonar a algunos pero sin saber a cuales.

A los de años tempranos que no deberían lidiar con la soledad,

O a los de años tardíos que viven de nuestra compañía.

Los días pasarán y el tiempo indiferente se encargará

De darle a las cosas un destino que hoy desconozco, pero con el que intento cargar.

Momentos felices y de regocijo, que ocultan mi miedo tembloroso,

Y una amargura que hoy, en mi ventana, dejo brotar sin restricción.

Las personas que se aman deberían estar juntas.

Estaré con los de mi sangre, a los que les debo mi vida.

Dejaré a los más ancianos, cuyos corazones saben cómo esperar,

A la tierra en que nací y donde siempre quise vivir.

Sé que lo entenderán.

La peor soledad es cuando luchas para que los que amas no estén solos.

lunes, 19 de julio de 2010

De pie me encuentro en las estruendosas calles

Vagando en las noches y en las esperanzas.

Me dormí en el fría almohada de la soledad..

Pero desperté con un beso tuyo,

Joven de cabellos rojizos y rostro resplandeciente.

Me dijiste que me levantara y pude verte bien.

Oh Tomas, el de los sueños tan grandes como el cielo.

Ahora la noche nos cobija,

Horas incesantes de un invierno sin final.

Viajes de trenes que no conducen a ningún lugar,

A pueblos en las montañas o selvas lluviosas…

De pie me encuentro en las estruendosas calles,

Vagando en las noches y en las esperanzas

miércoles, 28 de abril de 2010

Rojo puro

Sueños tan mágicos llevas
en un desierto de desesperanza e ilusión;
las estrellas fueron hechas para tí.
Los días en rojos atardeceres cesaron,
hasta que tu pasado llegó a su fin.

Levanto suaves miradas a la aurora,
pues rojas esperanzas cada mañana declaro.
Me he encontrado con una fresa entre azules moras,
más dulce de lo que alguna vez soñé,
única como cada mañana,
como cada sol.

La noche como siempre se hace presente,
dormirás con la luna y las estrellas, en profundo sueño.
extrañarás amores o recuerdos de antaño?
He de soñar con tus sueños como si míos fuesen.

Sueños tan mágicos llevas,
en un desierto de desesperanza e ilusión,
mundo insípido destinado a la tristeza.
Los días en rojos atardeceres cesaron,
hasta que tu pasado llegó a su fin.

sábado, 24 de abril de 2010

Zanahorias en mi Cabeza


Dentro de ti hay un amanecer,

un cielo rojo y gris que me deja sin aliento,

aventuras peligrosas y ternuras sin igual,

que emociones olvidadas hacen renacer.


no busco en tí lo que tu quieres,

pero encuentro otras que desconoces,

como todas las estrellas rojas de la ciudad,

que ahora hacen que te recuerde.


El día es tuyo, la noche es mía,

hasta un amanecer que podemos compartir,

rojo como la pasión,

como tu hermoso cabello,

igual que tu corazón.


viernes, 16 de abril de 2010

Atardecer en la Ciudad

La ciudad gris resuena estridente,
a pasos lentos y a la distancia, busco el horizonte
en un torbellino de deseos, mi corazón las horas presiente.

He llegado al cielo y a la tierra,
y en musical paso, al sol y a las estrellas
la ciudad, en su rutina y velocidad insiste,
pero mi alma en su plenitud persiste, como las nubes.

la fuerza de la tierra, en mi corazón,
la paciencia de la noche, en mi alma.

La ciudad resuena estridente,
pero ya no más,
ahora se calma a mi voluntad,
con el viento y los árboles en plena armonía,
y mis sueños y esperanzas, en alegre clamosidad
del día y del quehacer,
del viento y de la tierra,
de los recuerdos y del mar.

domingo, 14 de marzo de 2010

Viaje


El clima cambió,

el invierno se vislumbra tras días de inquietantes aventuras.

La calidez del verano, pronto abandona.


El viento sopla en una dirección nueva,

hacia el este,

lejos de bares porteños y de corazones grandes.


Me desvanezco como la niebla de la mañana, de los recuerdos.

mis antiguas esperanzas parten al olvido,

despedidas por las hojas del otoño.


El clima cambió,

las estrellas mostrarán el camino que se abre paso hacia el futuro,

y también el que me llevará de vuelta...

a mi hogar.


El viento y yo, somos uno solo,

hasta que el invierno ceda, sopla fuerte y seguro,

como mi corazón.

miércoles, 13 de enero de 2010


Veo el amanecer y sus fríos colores.

Los árboles y las aves anuncian la llegada de tiempos cálidos

He presenciado campos verdes y brillantes en tu nombre

En mis sueños, en las tardes y en las noches.

El tiempo nos regaló un trozo de cada uno

Para compararlo con cada estrella de una noche sin nubes.

Los días nos han dispuesto caminos diferentes,

Que desde hoy se despiden como pétalos de la misma flor

Pero, por el río corren las mismas aguas,

Los vientos traen los aromas de siempre,

Y los árboles anuncian la misma belleza.

Corazón, despierta como un huracán

Resuena con las olas del mar y el sol de la mañana

Mis deseos menguan todas las tinieblas

Seamos de los colores del amanecer.

Ven a mí, mi amor;

Juntemos nuestros recuerdos, en una sinfonía de placeres

De esos que nos trae la primavera,

Sin dolores ni penas que marchiten nuestra eternidad

Somos el sueño de las ilusiones.

Despierto, veo los demonios y sus tesoros

El deseo y la desesperación.