miércoles, 31 de diciembre de 2008

50 minutos.

17:45

La casa está algo más tranquila después del ajetreo matutino. Con tanta cosa es fácil distraerse, eso es lo bueno al menos, el tiempo pasa sin que se note mucho.

Mi mamá mira tranquila la televisión, con su cabello tomado y forzado para acostumbrar su forma y lucir bien esta noche. Estoy seguro que ese comentario la molestaría si alguna vez se entera de lo que he escrito; pero no importa tanto, también estaba molesta esta mañana por el aseo compulsivo de la casa al que arrastra a todos en él.

Mi hermano por otro lado, duerme en el sillón a un lado de la televisión. Esta cansado porque se levanta todos los días a las 5:40 am (lo se porque yo me duermo tarde y una vez no alcancé a dormirme cuando él ya se estaba levantando). Se va a trabajar y vuelve cerca de las siete a la casa. Hoy sólo trabajó hasta las tres.

Mi abuela duerme la siesta, lo hace todos los días para soportar mejor el calor supongo. Después de almuerzo pulula levemente por la casa antes de irse a dormir, momento en el cual se retira a su habitación, desde donde sale unas cuantas veces al baño, al patio a respirar aire fresco o por alguna tarea pendiente que haya quedado por hacer y luego a tomar once. Su voz, con los años cada vez se va oyendo menos, y no porque este enferma sino porque la invasión a su casa que implicó nuestra llegada la hizo callar.

Una mesa redonda y no muy grande, de madera oscura y tallada en sus patas sostiene unos cuadros de familiares felices al lado de la puerta de entrada. El lugar esta oscuro y casi parece que fuera de noche si no fuera por el calor. En la pared cuelga un calendario en el marco superior de una ventana, la hoja del mes de diciembre ondula suavemente por el viento proveniente del ventilador de pie ubicado a unos metros.

En el baño hay una revista, en la página 46 sale publicado el horóscopo que dice para Géminis que hay muchos gemelos que se sienten como animales salvajes que han sido domados y obligados a hacer piruetas y que ahora quieren morder la mano que les da de comer. Los más evolucionados sentirían que han renacido y que sólo quieren salir de su cueva.

18:15

Esta noche hay fiesta. Mi mamá dijo con mucha anticipación que entrará a las nueve al baño para arreglarse, el resto tiene que estar vestido y arreglado a las diez y que nos organizáramos. A las nueve ella entraría en gloria y majestad al baño y la prole ha de abrirle paso. Ya se, suena sarcástico y no es mi estilo, pero así me imagino la situación.

Al igual que la noche de Navidad, siento que tendré que vestirme bien, pretender felicidad y alegría un rato. Intentar quitar de mi cabeza tantas ideas hermosas, que me ubican lejos de aquí; sólo por un rato.

Me pregunto cuando será el día que el sol enceguezca mi corazón, ¿será el verano lo suficientemente largo?

¿qué hora es?

18:35

lunes, 29 de diciembre de 2008

Ventana


Los pasos inciertos por la curiosidad iban
acompañados de la noche y su velo protector
sin ser visto, fue la visita
a la ventana y los que por ella miran.

Nubes de aves nos mostró,
también peces desconocidos,
y una tela y su araña llamada Estela
en ella un recuerdo se postró,
mientras otros estaban dormidos
luego, el verano y su lenta espera.

mas nada se veía en la ventana
una tenue luz delataba una presencia
quizá vuelva otro día, quizá mañana
por el puente doloroso y con más paciencia.

Aves, peces y Estela, guardas del verano
algún día y que no sea en vano
por el velo de la noche, será la visita sin ser vista.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Sin tiempo.

La última tarde viene de prisa.
la vista de un anitguo suelo familiar se pierde
de él solo quedará un recuerdo e historias del mar.

Aun con tiempo, mi corazón insistente arde
el sol quema el agua, y el día se vuelve anaranjado
el tiempo del olvido llegará con una noche sin estrellas
y las ataduras me soltarán de donde he estado.

Se acerca la hora, no tengo temor.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Sueño.

Afuera en la noche oscura
huyo a buscar un respiro
La llama dentro de mí quema dolorosa


Miro al cielo buscando más de tí
tu mano se une con la mía
nos retiramos en la noche hasta la tenue aurora
que nos hizo parte el uno del otro ahora.


Abro los ojos y la hierba bajo mis pies
miro al cielo y aclamo:
Las estrellas no son para mí
son para el que no las mira ni las ve.

La partida.

Entró en mi pieza y se sentó en mi cama. Abrazó al peluche que tengo ahí, como abrazándome a mí, abrazando como extrañando a lo que aun no se ha ido.

Hubo silencio, por largo rato. No había mucho que decir. Nos acompañábamos en cómplice silencio, que era nuestra comunicación perfecta en ese momento. Cuando llegó la hora me puse de pié, al momento en que ella también lo hizo. Sus lágrimas cayeron incontenibles, también un “te voy a echar de menos”, “has sido muy importante para mí”, “no me olvides nunca” fueron expresados ya sin consuelo alguno. Luego mis lágrimas cayeron con una tristeza de esas a las que uno no se opone, que te liberan luego de entregarte por completo a ellas.

Luego me pidió que saliera tal y como salía todos los días, que no vaya a ser esta la última vez que salga de “nuestra casa”. Pero ambos sabíamos que sí lo era. La había visto llorar muchas veces, pero esta vez era diferente. Su llanto de ahora era por algo que no podía evitar ni cambiar, que era necesario pero muy doloroso.

En la calle, sumido en la más profunda tristeza lloré camino a tomar el bus. Caminé por calles que no eran las que debía tomar, sólo caminaba.


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Ciertamente lamento recordarlo tanto, cuando quizá no se acuerde nunca de mí.

A veces me pregunto qué estará sintiendo en este preciso momento, donde estará, que cosas estará diciendo. Si estará sonriendo o pensando. Si hay alguna pena en su corazón, o quizá una alegría. Cómo la sentirá, será feliz o no. Alguna vez se habrá acordado de mí?.

Qué sentido tiene una lágrima si luego de caer las cosas siguen iguales. Las estrellas siguen ahí, indiferentes. Qué sentido tiene si no habrá consuelo…


¡El destino sí se equivoca! ¡Sólo que al final le hallamos sentido a lo que sea!

lunes, 15 de diciembre de 2008

Nacer por segunda vez.

Hola tía.

Un concepto muy importante en psicología, o incluso más que un concepto sería un enfoque de teorías, es el llamado constructivismo moderado. El constructivismo en sí (en psicología, porque también lo podemos encontrar en el arte y filosofía) se refiere a que todo lo que percibimos de nuestro entorno, la realidad que vemos, es un constructo que nosotros creamos en nuestras mentes y que la realidad objetiva y concreta es inaccequible para nuestro conocimiento. Por otro lado el constructivismo moderado se refiere a que hay una parte de nuestra realidad que sí es objetiva y otra que es un constructo de nuestra mente, es decir, parte de nuestra realidad es "Real" valga la redundancia, mientras que otra parte es el significado que nosotros le damos a lo que percibimos. Quizá esta sea la mejor postura, porque integra ambas partes del dilema. Por un lado lo que percibimos sí es en parte, real y por otro lado somos incapaces de dejar de darle significado a lo que percibimos.

Considerando esto, se podría decir que Alejandro Jodorowsky al decir que “La realidad que vemos es una apariencia, es lo que imaginamos que las cosas son, pero no las conocemos realmente” estaría siendo constructivista, esta diciendo que nuestra realidad es simplemente inaccequible para nosotros. Luego si hablamos del amor, siendo este un constructo abstracto ¿Es posible conocerlo finalmente? Yo creo que sí. Aunque no lo percibamos con nuestros 5 sentidos comunes que nos sirven para ver la realidad externa, no podemos negar que sí lo sentimos. Luego le damos un significado.

- bueno, eso era un paréntesis que me pareció interesante mencionar -

Creo que le diste en el clavo con la pregunta "¿Porqué hay quienes dicen amar y luego dan la vuelta cuando descubren que el objeto amado no es el que esperaban?" Creo que en esos casos, que lamentablemente se dan con mucha frecuencia, el amor es una etiqueta que puede ponerse y sacarse fácilmente. No puedo decir si lo han sentido o no, porque sería injusto y arriesgado de mi parte definir el amor para otra persona, pero sí estoy seguro de algo: le han dado un significado equivocado. Será por la sociedad, por la CULPA (gran concepto ese...), por la velocidad con que viven y no se detienen un momento a mirar con el corazón...

Hace unos días me encontre con un concepto (como si anduviera por la calle y me encontré con él) y lo llamé como "nacer por segunda vez". Lo llamé así por un gran profesor que tuve hace unos años, que dijo una vez y que nunca olvidé "Los hombres nacen dos veces, la primera es del vientre de su madre y la segunda es cuando cometen el primer gran error". Es muy difícil entenderlo, pero creo que es más fácil cuando uno ya ha nacido por segunda vez. Los que no han nacido por segunda vez hablarían del amor como la etiqueta que se pone y se saca de las personas, al cortar un pastel pensarían en quedarse con la parte más grande en lugar de pensar que todos pueden disfrutar de él, son suaves con los problemas y duros con las personas, cuando podría ser al revés.

Luego una persona que ha cometido "el primer gran error", que puede ser una crísis o una etapa importante en la vida, algo que te haya obligado a mirar hacia dentro, cuestionarse, a mirar con el corazón por primera vez; notarán un cambio importantísimo en sus vidas: Ya no hay nada que perder, estarán agradecidos de todo lo que tienen aunque parezca que no tengan nada... se llenarán de amor y felicidad por dentro que rebosarán y por eso pueden entregárselo al resto. Creo que ese es el amor que vale la pena.

sábado, 13 de diciembre de 2008

pasaje.

Que tontera sería decir que prefiero no pensar en eso para no ilusionarme, cuando en realidad sí lo estoy. Así vivo todos los días, ilusionado por cosas que muchas veces se que no pasarán, pero la esperanza en esa posibilidad tiene una chispa que me contagia. Una chispa que me deja tener una sonrisa en el rostro todo el día, aunque este triste. Se que algún día me llevaré una sorpresa con algo hermoso como en las películas. También pienso en todas las sorpresas o sucesos que no he sabido disfrutar y que de ellos podría tener una propia película con ya varios finales felices… y ahí esta la esperanza otra vez.

Hasta una carta esperando eternamente por su destino puede ser hermosa como tal; grabado en un teléfono público quedó el recuerdo de lo que una vez sentí.