El calor de la primavera lentamente se hace presente. Más rápidamente que lento en realidad, los meses, el tiempo en general, parecen ir un poco más rápido que mis sentimientos. Necestiaría otra vida para poder ver todo lo que quiero y lo que no he visto aún.
Como no ver ni disfrutar lo que ya he visto y disfrutado, con la música, el sol y las personas.
Hace un año, noviembre tenía un paisaje de playa, atardecer anaranjado. Las rocas a un lado y sobre ellas el sol, el mar al frente, el aire fresco... una perfecta introducción para la sorpresa canadiense que tuve ese día.
Este año, noviembre tiene una imagen de tarde brillante, el cielo azul, calor de la ciudad pero sin ser sofocante, más bien era una tarde fresca, en calle traslaviña.
Luego alguien escribió:
"Mientras caminábamos por algunas calles del centro, a veces ponía su brazo en mis hombros, haciendo un gesto de cariño que se camuflaba muy bien en las conductas y actos que la sociedad acostumbra a ver. Cuando lo recuerdo, siento su brazo en mis hombros, siento el cariño que no se si pretendió darme, pero yo lo recibí así. Era lo que siempre había querido."
Suelen decir cuantas primaveras o tantas lunas... En mí caso son cuantos noviembres.
Dos, desde que nací por segunda vez.


excelente descripcion
ResponderEliminarcuidate mucho que estes bn
un abrazo
nos leemos
au revoir