sábado, 14 de noviembre de 2009

Epílogo

Cuéntame una historia, a la luz del amanecer

la noche pronto llega a su fin

Nos sentimos ahora, sin un motivo especial

no hay nada entre nosotros, ni en nuestras pieles o en lo espiritual.



Una vez, sentí tu ausencia en mi ventana,

pues la noche parecía eterna.

Estabas en el cielo, libre como los vientos de Agosto.

También en el agua, indiferente y templada.



Estabas en el mundo, como el verde en primavera.

Aparecias en verano, como el sol y la calidez.

Permanecías frío, como las mañanas de invierno...

y te despedias, como las hojas de otoño en el viento.



Así pasaron muchos días, hasta que comprendí

prefiero sentir el viento fresco,

o la luz de la luna en mi rostro,

es lo que ha sido siempre para mí.



Cuéntame un cuento, a la luz del amanecer

no te duermas, hay algo que tengo que decir

las olas limpiarán mi corazón, y el viento, mi memoria.

Sueña ahora, que la noche pronto llega a su fin


Cuando despiertes mañana, me habré ido para siempre

pues el tiempo y las estrellas me consumen

A mí y a mis sentimientos.

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