domingo, 30 de noviembre de 2008
Última tarde de noviembre
el aroma de antiguos días ya casi olvidados.
los árboles se despedían silenciosamente del viento.
También trajo tu recuerdo.
La inmensidad del momento me llamaba,
a formar parte de él.
Nada sería para siempre, la tarde dejaba de ser.
Fui a retirarme con ella, a mi roca en la vereda.
El amarillo llenaba todos los rincones, incluso mi corazón
Donde sea que estes, la tarde te alcanzaba también.
Recuerda siempre el amarillo de la última tarde de noviembre.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Lineage
Temprano en la mañana de un sábado comencé un nuevo camino. No es un camino común, más buien era un viaje de fantasía, lleno de magia, monstruos y también cosas bellas.
El mago despertó bajo la sombra del inmenso árbol madre, protector y proveedor de vida de todos los elfos. Vestía ropas color blancas y celestes; en su bolso había un pequeño báculo que le serviría para conjurar pequeños hechizos. Lo tomó en sus manos y por vez primera pronunció las palabras mágicas, al tiempo en que las decía, una ráfaga de viento se concentró en círculos frente a él. El viento se transformó en un proyectil mágico que al cabo de unos segundos, salió disparado y fue a dar a un gremlin que pululaba más allá.
El mago salió de la sombra del árbol madre en dirección a la aldea elfa. La bella arquitectura y la blancura en las murallas recordaban la íntima conexión con la naturaleza, principalmente con el agua y su transparencia.
El mundo había cambiado y la aldea elfa se había convertido sólo en una burbuja aislada de la destrucción y la maldad humana, era iluso permanecer en ella, era necesario salir y enfrentar la realidad.
Días después, luego de un viaje no muy largo, el mago se encontraba en la ciudad de Gludio, donde se reuniría con una muy buena amiga de él, una enana llamada Pekitas. Se encontraron en el punto de reunión, el mercado de la ciudad. Allí comprarían pociones y otras cosas para la batalla que se aproximaba, de la que saldrían victoriosos.
Pasaron los años. Un día el mago conoció a un elfo oscuro, una raza que se había separado de los elfos blancos hace miles de años, política y religiosamente. El elfo oscuro se llamaba Apocalipsys y pertenecía también a una clase de magos, con la diferencia de que su magia era oscura. Con el tiempo el mago y el elfo oscuro tuvieron una cercanía tan poderosa que les impedía estar separados, por tres años vivieron juntos. Su magia era una.
Pasó más tiempo y el mago se separó del elfo, sus caminos se dividian para no cruzarse otra vez y ambos lo sabían. Poco después Ertai un elfo blanco jóven, se enlistaba como guerrero por la misma aldea del mago. Se conocieron en una batalla y su amistad dura hasta el día de hoy.
Años después, en una misión complicada, el mago se perdió en unas ruinas ancestrales. Mientras buscaba la salida cruzando pasillos y en salas antiguas, una elfa oscura apareció entre las sombras. Se hacía llamar Natalyta y dos pequeños y brillantes artefactos mágicos flotaban sobre su cabeza. Era una guerrera elfa muy hermosa y valiente, luchaba por su orden de elfos oscuros y en esa ocasión necesitaban de un raro objeto que sólo se encontraba en aquellas ruinas. Afortunadamente, el objeto ya había sido encontrado y la elfa y el mago salieron juntos de las ruinas, abriéndose camino entre los orcos que a menudo aparecían por montones.
20 años pasaron y el mago envejeció. De vuelta en la aldea elfa, cuya belleza y tranquilidad seguía siempre intacta, el mago había dejado de combatir, pero no de luchar por la luz. Abría la puerta a los futuros sucesores, que nunca le olvidarán y que lucharán por el mismo camino que él.

