Escalas por las murallas, con tus hojas vitales
Escribiendo tu historia en cada noche, en cada rocío
Sin temer al otoño ni al invierno.
Lloras como las rosas, pensantes y nostálgicas
Tus lágrimas se pierden con la lluvia,
Inundando con sentido, tu amor.
Tus hojas se tornan amarillas, de pura tristeza
Tus esperanzas llenas de color,
De a poco se marchitan,
Y lentamente caes en el sueño eterno
Con tu último suspiro, miras la luna
Brillante como diamante de plata
Solitaria en su eternidad,
Desesperada en su deseo blanco
Mueres…
Amándola, como si fuera tu propio cuerpo
Tu propia vida, eterna
Por incontables edades en la tierra.

