
En medio de la oscuridad de la noche, brillaste una vez ante mí,
De rojo y blanco ibas, y con ilusiones te seguí.
El rcuerdo de su sonrisa marcó la noche con estrellas,
Y todas me decían hoy que la vida es bella.
Sin saber ni quien eras ni de donde venías, nunca más te olvidaría.
De rojo y blanco ibas, y sin querer al amor me entregaría,
porque con la bondad de su corazón, a mí se parecía.
Hasta que una noche, testigo fui de su piel desnuda,
y la noche adoptó para sí, la plena ternura.
Mientras dormías, yo solo estos versos te escribí,
pero me sirven para recordar las cosas que viví.
Y si por casualidad decides no regresar,
sin importar cuantos años han de pasar,
de rojo y blanco andabas, te recordaré sin pesar,
porque en este poema hablaba, de cuando tus labios pude besar.

